domingo, 16 de noviembre de 2014

Espacios para la nueva música

Isabel Ciudad Gil

Hay rincones con magia en la ciudad de Zaragoza. Pequeños bares y disimuladas salas escondidas entre la multitud de locales que configuran largas calles y altos edificios en la capital aragonesa. En muchos de estos locales se respira música por los cuatro costados. Una música que sabe a renovación, a algo diferente, de grupos que comienzan en mitad de una situación que, precisamente, no invita a sumergirse en un negocio ahora difícil. Uno de estos pedacitos de historia de Zaragoza es la Sala Creedence que abrió sus puertas a finales del año 2011 y en ese escaso período de tiempo ya se ha convertido en un lugar de culto para los amantes del rock y el soul y, sobre todo, de dar oportunidad a nuevos grupos de mostrar su música en directo.

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